Soneto
de Ojos Verdes
By: M.R.
Respiras
mi aire; piel blanca en curvas tersas
Nieve
candente, contradicción perfecta.
Sonríes
con la certeza de la conquista sin esfuerzo
Y palpas con tus manos el desespero de mis antojos.
Ojos verdes, o casi transparentes cuando los miro;
Atraviesan los míos en obligada parada.
Veo venir tus labios y perdono con dulzura
El enganche tierno de tu furia presa.
Saco el néctar de tu pecho tentado por mis manos.
Tienen vida propia y obedecen sus instintos.
Mereces el cielo y comprendes mi infierno.
Aumentas mis ganas con pulcritud y belleza.
Por momentos niña, siempre mujer. Soñada.
Linda en formas, modos y actuación.
Acercas, al alma de un mortal, el paraíso.
Dejas sin verbos mi oratoria. Descansas plena.
Intensas entregas y probados deseos
Conjuran el acto de pensarte a diario.
Busco en mi interior la calma que me dan tus besos.
Un abrazo interminable es un ruego iracundo.
Muerdes la vid de mis linajes, fiereza encantadora.
Al manejar, tus desahogos, se apuran en madrugada.
Vuelves a tus comienzos, con el desespero invertido.
Tomas lo que quieres, frente a ti está tu reinado.
Manta de color raro, cubre tu fuego efervescente.
Mis dedos toman el control de tus conveniencias
Y apuran con gusto el paseo reservado y sutil
De tu huerto apacible y sosegado. Tú das vida.
Desenfreno admirable, descontrol de nieve hirviendo.
No admites el vacío y prometes noches de estrellas.